Hablamos con Freedonia con motivo de su participación en el Afroblue 2025

Freedonia ha apostado desde sus inicios por una propuesta independiente y autogestionada. ¿Cómo ha evolucionado esta filosofía a lo largo de vuestra carrera, y qué desafíos y recompensas habéis encontrado en ese camino?

Lo de ir por libre fue casi una necesidad desde el principio, pero también una decisión muy consciente. Queríamos tener el control sobre lo que hacíamos: la música, los conciertos, los discos… y aunque no siempre ha sido fácil, ha sido muy nuestro.

Con los años hemos aprendido mucho (a veces a base de tortas), y eso nos ha hecho más fuertes como grupo. La autogestión te obliga a estar en todo, pero también te da una libertad brutal. Lo mejor es ver cómo la gente conecta con lo que haces, sabiendo que todo viene directamente de nosotros, sin filtros.

El soul y el funk que practicáis tiene raíces profundas en la historia afroamericana. ¿Cómo dialoga vuestro estilo con esa tradición y cómo lo habéis adaptado a vuestra identidad como banda española?

Hemos escuchado mucho soul durante este tiempo, y lo respetamos muchísimo. El soul y el funk tienen una carga histórica muy potente, y para nosotros no se trata de hacer un ejercicio de estilo, sino de aprender y aportar desde nuestra experiencia.

Somos de aquí, y eso se nota. En las letras, en las historias que contamos, en cómo entendemos la música. Lo que hacemos es una mezcla: partimos de ese legado tan rico, pero lo pasamos por nuestro filtro.

Vuestra música combina una energía brutal en directo con letras de fuerte carga emocional y social. ¿Qué papel juega el compromiso en vuestras composiciones y cómo decidís qué historias contar?

Nos sale de forma natural. Somos un grupo con muchas voces y muchas miradas, y eso se refleja en las canciones. A veces hablamos de cosas que duelen, otras veces de cosas que nos hacen movernos o nos llenan de alegría. Pero casi siempre hay algo que contar, algo que nos remueve.

No nos ponemos una etiqueta de “banda comprometida”, simplemente intentamos ser honestos con lo que vivimos y con lo que vemos a nuestro alrededor. Si eso conecta con alguien, ya estamos más que satisfechos.

En un panorama musical cada vez más marcado por lo digital y lo efímero, ¿qué creéis que mantiene vigente y necesario el soul en el siglo XXI?

El soul tiene algo que no pasa de moda ya que emociona y tiene, alma y verdad. Y eso, por mucho que cambien las plataformas o las modas, sigue tocando a la gente.

Creemos que la gente necesita conectar con algo más profundo, con algo real. El soul es justo eso, música con corazón, sin postureos. Por eso sigue tan vivo.

Este año os subís al escenario de Afroblue, un festival que celebra las raíces negras de la música. ¿Qué significa para Freedonia participar en un evento como este y en una ciudad como Segovia?

Nos hace mucha ilusión. Afroblue tiene una energía muy especial, y compartir cartel con tan buenos artista es un lujo. Además, es un festival que cuida mucho la música que representa, y eso se nota.

Segovia nos encanta, hemos tenidola suerte de venir aquí desde los inicios de la banda y tocar aquí en ese contexto es una oportunidad para encontrarnos con un público que conocemos desde hace muchos años y que sabemos que ama esta música tanto como nosotros. Vamos con muchas ganas

La conexión con el público es una de vuestras señas de identidad en directo. ¿Qué preparáis de especial para un festival como Afroblue, donde la audiencia acude con un oído muy afinado al alma de esta música?

Pues vamos a darlo todo, como siempre. Pero además, vamos a aprovechar para presentar algunos temas nuevos que estamos preparando, así que será un concierto con sorpresas. Estamos en pleno proceso creativo y teníamos muchas ganas de probar cosas nuevas sobre el escenario.  queremos ofrecer un viaje por lo que hemos sido y por lo que estamos siendo ahora. Va a haber groove, emoción y muchas ganas de bailar y compartir.